La consultora estimó que cerca de tres millones de trabajadores, compuesto principalmente por informales y cuentapropistas, tuvieron serias dificultades para realizar sus actividades durante el aislamiento.
La cuarentena tuvo un “impacto regresivo” sobre la distribución de los ingresos de los hogares, al afectar en especial a los trabajadores informales y cuentapropistas que no pueden realizar sus tareas de manera remota, de acuerdo con un informe de la consultora Ecolatina.
La cuarentena tuvo un “impacto regresivo” sobre la distribución de los ingresos de los hogares, al afectar en especial a los trabajadores informales y cuentapropistas que no pueden realizar sus tareas de manera remota, de acuerdo con un informe de la consultora Ecolatina.
El estudio -titulado “La pauperización del empleo y la ‘redistribución’ del poder adquisitivo”-, advirtió que “el porcentaje de empleos paralizados por el aislamiento está siendo mayor en los hogares de menores ingresos”.
“Alrededor de la mitad de los puestos de trabajo del 20% de los hogares de menores ingresos (per cápita) habrían sido afectados por la cuarentena. Este porcentaje se reduce paulatinamente hasta rondar el 25% en el 30% de los hogares de mayores recursos”, detalló.
“Estos factores sugieren que la cuarentena está teniendo un impacto regresivo sobre la distribución de los ingresos laborales de los hogares”, dado que “con la llegada de la pandemia y la cuarentena, los hogares de menores recursos volvieron a ser los más perjudicados producto de la mayor incidencia de trabajos que no pueden realizarse a distancia y la elevada informalidad”.
“De todas formas, la implementación del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) -el Estado Nacional asiste transitoriamente a más de nueve millones de personas- está compensando parte del fuerte deterioro de los ingresos laborales en dichos hogares”, observó Ecolatina.
La consultora estimó que cerca de tres millones de trabajadores, compuesto principalmente por informales y cuentapropistas, tuvieron serias dificultades para realizar sus actividades durante el aislamiento.
Ramas como construcción, hotelería, gastronomía, servicios vinculados al entretenimiento, servicio doméstico, fueron los más afectados y es probable que los ingresos laborales se hayan reducido muy significativamente.
En este contexto, el consumo está sufriendo una fuerte contracción y la incertidumbre y el temor a la pérdida de los puestos de trabajo incrementaron la tendencia al ahorro precautorio, desplomando las compras de bienes durables. “En este marco, lo único que se sostienen son las ventas de consumo masivo, aunque con heterogeneidad”, agregó el estudio.
Según Ecolatina, “la velocidad de la recuperación del empleo y la reanudación de paritarias cuando se levante plenamente la cuarentena, marcarán el ritmo del gasto de los hogares, especialmente de la clase media”.
Asimismo, la evolución de los ingresos no laborales y las políticas públicas (renta universal) serán claves para entender qué pasará con el gasto de los hogares de bajos ingresos”.
“Lamentablemente, será muy difícil que el consumo recupere el nivel de 2019 durante la primera mitad del mandato de Alberto Fernández. No obstante, la recuperación pospandemia, permitiría a los rubros más afectados (bienes y servicios no esenciales) comenzar a recuperar el largo terreno perdido”, concluyó.
“Alrededor de la mitad de los puestos de trabajo del 20% de los hogares de menores ingresos (per cápita) habrían sido afectados por la cuarentena. Este porcentaje se reduce paulatinamente hasta rondar el 25% en el 30% de los hogares de mayores recursos”, detalló.
“Estos factores sugieren que la cuarentena está teniendo un impacto regresivo sobre la distribución de los ingresos laborales de los hogares”, dado que “con la llegada de la pandemia y la cuarentena, los hogares de menores recursos volvieron a ser los más perjudicados producto de la mayor incidencia de trabajos que no pueden realizarse a distancia y la elevada informalidad”.
“De todas formas, la implementación del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) -el Estado Nacional asiste transitoriamente a más de nueve millones de personas- está compensando parte del fuerte deterioro de los ingresos laborales en dichos hogares”, observó Ecolatina.
La consultora estimó que cerca de tres millones de trabajadores, compuesto principalmente por informales y cuentapropistas, tuvieron serias dificultades para realizar sus actividades durante el aislamiento.
Ramas como construcción, hotelería, gastronomía, servicios vinculados al entretenimiento, servicio doméstico, fueron los más afectados y es probable que los ingresos laborales se hayan reducido muy significativamente.
En este contexto, el consumo está sufriendo una fuerte contracción y la incertidumbre y el temor a la pérdida de los puestos de trabajo incrementaron la tendencia al ahorro precautorio, desplomando las compras de bienes durables. “En este marco, lo único que se sostienen son las ventas de consumo masivo, aunque con heterogeneidad”, agregó el estudio.
Según Ecolatina, “la velocidad de la recuperación del empleo y la reanudación de paritarias cuando se levante plenamente la cuarentena, marcarán el ritmo del gasto de los hogares, especialmente de la clase media”.
Asimismo, la evolución de los ingresos no laborales y las políticas públicas (renta universal) serán claves para entender qué pasará con el gasto de los hogares de bajos ingresos”.
“Lamentablemente, será muy difícil que el consumo recupere el nivel de 2019 durante la primera mitad del mandato de Alberto Fernández. No obstante, la recuperación pospandemia, permitiría a los rubros más afectados (bienes y servicios no esenciales) comenzar a recuperar el largo terreno perdido”, concluyó.