Lo sugirió el director por el Cono Sur ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), Sergio Chodos. Las partes firmaron un acuerdo de confidencialidad.
La nueva oferta de canje de deuda a los acreedores se demora cada vez más y Argentina podría volver a definir una nueva prórroga en la fecha límite para negociar, de acuerdo lo sugirió el director por el Cono Sur ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), Sergio Chodos.
“Se sigue negociando con toda la voluntad de ambas partes de llegar a un acuerdo”, subrayó el ex secretario de Finanzas en declaraciones radiales.
El viernes pasado, tras la prórroga del plazo hasta el próximo 2 de junio para que los acreedores informen si aceptan ingresar al canje, el gobierno argentino y los principales grupos de tenedores firmaron un acuerdo de confidencialidad para continuar negociando en secreto los detalles de un potencial acuerdo.
Mientras tanto, la cotización de los bonos soberanos opera con firmeza y acercándose a paridades del 40%, mientras el riesgo país continúa por debajo de los 2.700 puntos básicos. Títulos como el DISCOUNT en dólares bajo ley argentina y el AC17 acumulan ganancias superiores al 41% en lo que va del mes.
Este fin de semana, en base a trascendidos periodísticos, el Gobierno habría presentado una oferta que en términos de valor presente neto rondaría un recupero de 45 centavos por dólar, lo cual implica una mejora de un poco más de 10% respecto a la oferta original presentada el pasado 17 de abril.
Chodos, un abogado con especialización financiera que también fue director del Banco Central, dijo que “si hay una nueva oferta debería haber una modificación del plazo del 2 de junio” comunicado por el Ministerio de Economía el jueves 21 de mayo, debido a los plazos que demanda el proceso de la operación.
Un informe de Mills Capital Group (MCG) mencionó que el 30 de junio es la nueva fecha límite, el momento en el que vencen bonos del canje de 2005, cuyas condiciones de emisión son más estrictos: requieren la aceptación de tenedores con al menos el 85% del capital emitido para forzar a quienes no acepten el canje a entrar en la operación.
“Algunos movimientos preocupantes se vieron en las primeras horas del default. Para empezar, la calificadora de riesgo Fitch Ratings oficializó la situación del Tesoro argentino al declarar un default restrictivo, limitado a las tres emisiones de bonos incumplidas. Segundo, la ISDA recibió una consulta para gatillar los seguros contra default –credit default swaps– que todavía está en análisis”, advirtió MCG.
En tercer lugar, los tenedores de bonos en default podrían tomar una estrategia de negociación dura, activando la aceleración de los títulos impagos, esto es, volver presentes a todos los pagos futuros de esos títulos y forzando de esa manera el default del resto de las emisiones. De esa manera, pueden forzar al Gobierno argentino a mantenerse en la mesa de negociaciones en condiciones incómodas, completó MCG.
En el plano internacional, Joseph Stiglitz, mentor del Ministro de economía, Martín Guzmán, escribió una dura nota en The Boston Globe alertando que los bonistas no se están comportando de acuerdo a las circunstancias y que quieren usar a Argentina de ejemplo para que el resto de los países emergentes no emprendan un camino similar.
“En el contexto de la pandemia, es miope e inhumano que los acreedores jueguen los juegos habituales en los que intentan sacar el máximo provecho de los deudores desventurados”, consideró Stiglitz. “Irónicamente, los grandes fondos de bonos se encuentran entre los mayores tenedores de deuda de mercados emergentes y son los que más pierden”, enfatizó.
Stiglitz dijo que “el pronóstico es que muchos otros países, incluida la República del Congo, Zambia y posiblemente El Salvador, Irak, Sri Lanka y Brasil no podrán pagar lo que se debe, ya que la pandemia de coronavirus se traduce en una crisis ‘económica de coronavirus’ en la que las exportaciones se están derrumbando y los precios de los productos básicos están cayendo en picada”.
“Es por eso -continuó-, que las cosas que se desarrollan en Argentina pueden ser tan importantes; es un presagio para otros países endeudados”, expresó. Para Stiglitz, la Argentina necesita espacio para “respirar”, y eso implica posponer los pagos.
La consultora Delphos Investment consideró que “la dura posición de Stiglitz podría reflejar parcialmente el pensamiento de Guzmán, quien defiende a rajatabla su posición sobre llevar adelante una renegociación de la deuda que sea sustentable en el tiempo”.
“Pero el valor de VPN que ello arroja nos lleva a un no acuerdo. Y ahí es donde entra la política argentina, que ve buena disposición de los fondos y estaría dispuesta a salirse del libreto académico para terminar con este tema”, agregó Delphos.
Para la consultora, lograr esto significa pagar al menos USD 10 más que lo ofrecido por Guzmán en primera instancia. “Actualmente nos encontramos presenciando este debate entre la academia y la política, ya que representan a la parte que debe ceder en sus posiciones y realizar una oferta que empiece con el número 5. Los USD 40 no representan zona de arreglo. Deben ser los USD 50, número que la academia resiste en poner sobre la mesa, pero la política deberá hacerlo si quiere acabar con este tema”, mencionó Delphos.