El Presidente habló ayer y reconoció que el economista Jeffrey Sachs le dijo que “no se preocupe” si la Argentina cae en cesación de pagos. Pero mostró voluntad a seguir negociando.
Alberto Fernández volvió ayer a tirar de la cuerda, cuando faltan pocos días para el 8 de mayo, cuando vence el plazo para aceptar o rechazar la propuesta de renegociación de la deuda efectuada por Martín Guzmán. En una entrevista con TN aseguró que “Mauricio Macri ya nos dejó al país en default, pero nosotros queremos arreglar”.
Sin embargo, enseguida hizo mención a una conversación mantenida con el economista de la Columbia University, Jeffrey Sachs: “Me dijo que no me preocupe, porque hay como 40 países que entrarán en default por culpa de la pandemia. El mundo cambió totalmente”. Claro que ese número aún está por verse. Por lo pronto, ningún país del G-20 (salvo Argentina) parece mostrar inconvenientes para acceder a los mercados y seguir honrando el servicio de sus deudas.
De esta manera, el Presidente tensó todavía más la negociación con los bonistas y reconoció que ya está trabajando con Guzmán para lo que se viene. “Tenemos dos planes, uno si entramos en default y otro si conseguimos arreglar la deuda”. Sin embargo, no explicitó en qué consistiría el “Plan B”, que habría que implementar en caso de que no haya acuerdo.
Aunque el plazo para negociar vence este viernes, es posible que el Gobierno prorrogue la fecha ya que hay algunas semanas más de tiempo. Recién el 22 de mayo vence el plazo final para pagar los intereses de tres bonos emitidos con legislación extranjera, por U$S 503 millones. Por lo tanto, quedarían aún dos semanas después del 8 de mayo para seguir acercando posiciones.
Guzmán se mostró ayer “decepcionado” por la negativa de los bonistas a aceptar el canje. Y al mismo tiempo pidió que los acreedores presenten una “contrapropuesta” para que sea estudiada por el Gobierno. Fue una muestra de flexibilidad, que cambia el “tómelo o déjelo” que se había planteado incialmente.
