El martes 8 de noviembre pasado, y contra todos los pronósticos, el pseudo republicano Donald Trump resultó electo presidente de los EE UU. Como era de suponer, la sorpresa fue mayúscula generándose un elevado grado de incertidumbre acerca de si realmente el nuevo mandatario podría implementar la totalidad de las heterodoxas medidas que había enunciado a largo de su agresiva campaña.
La teoría y la experiencia demuestran que la incertidumbre es el peor enemigo de los mercados. En consecuencia, a partir de esta nueva realidad, el ¨consenso¨ de analistas pronosticó que – en una primera etapa- se producirían altas volatilidades y fuertes bajas en las bolsas norteamericanas. Sin embargo, paradójicamente, sucedió el fenómeno inverso; esto es: suba sostenida del equity de los EE UU, con un incremento -hasta el 1* de marzo- del orden del 14%, en un clásico proceso de rally; denominado,en este caso, ¨rally Trump¨.
Ahora bien, ante este escenario contrario a los manuales de economía, la cuestión que todo analista debería plantearse es cuáles han sido las causas de esta inesperada reacción de los mercados. A este respecto, debe mencionarse que a la negativa cuestión de la incertidumbre se le han contrapuesto los siguientes factores positivos:
.Escenario económico favorable dejado por Barack Obama: crecimiento sustentable superior al 2% anual, pleno empleo, elevada confianza del consumidor, mínimo
porcentaje de capacidad ociosa industrial, niveles de inflación próximos al target del 2% fijado por la Fed, tasas de interés en mínimos históricos, abundante liquidez, flexibilidad crediticia, buenos resultados corporativos y favorables pronósticos de ganancias futuras; entre otros indicadores
.Compromiso de Trump de aumentar la inversión pública; disminuir impuestos -tanto corporativos como personales- y desregular la actividad financieral, el mercado energético y la burocracia estatal; todo lo cual llevaría a aumentar los niveles de actividad y mejorar,aún más, la rentabilidad empresaria
A nuestro juicio, la justificación del actual rally viene dada precisamente por el hecho de que, al menos por ahora, los factores positivos están teniendo mayor peso relativo que la incertidumbre; generándose, en consecuencia, expectativas favorables que soportan la actual tendencia a la suba. Ahora bien, es factible precisar hasta cuándo durará la suba? Por cierto que no en términos temporales, pero sí conceptualmente. En efecto, en cuanto el mercado advierta que -en muchos casos- los compromisos macroeconómicos de la nueva administración presentan serias inconsistencias, la actual situación se revertiría pasando a tener mayor peso relativo las negativas incertidumbres iniciales; agravadas ahora por el no cumplimiento de expectativas. A partir de ese momento, el rally se interrumpiría; dando lugar a volatilidades y eventuales correcciones.
Luis Palma Cané – Analista internacional