Desde fines de la semana pasada ya no pueden realizar débitos recurrentes a los clientes que tomen préstamos. Ahora evalúan nuevas estrategias que apunten al pago voluntario.
La noticia generó un verdadero shock entre las fintech. Según la cámara que las agrupa, hay 58 que se dedican al otorgamiento de préstamo on line. Pero ahora el negocio completo entró en zona de alto riesgo, ya que el Banco Central prohibió la práctica de “débito recurrente”, que era el principal instrumento de cobranza de las cuotas mensuales.
Luego de la sorpresa tras el cimbronazo inicial, se pasó a la etapa de “recalcular” todo el negocio. No sólo las fintech fueron afectadas sino todas las compañías especializadas en créditos extrabancarias. El depósito del préstamo en cuenta bancaria y luego el débito para cobrar la cuota mensual era la práctica generalizada, que ahora tendrá que ser reemplazada.
Varios de los principales participantes del mercado ya estuvieron analizando los pasos a seguir. Y básicamente consiste en profundizar algunas vías de negocios que ya estaban explorando. El primer cambio será en una elección más aguda de los clientes, buscando aquellos de mejor calidad crediticia. Es decir que se privilegará aquellos que dan más garantía para el recobro del préstamo, a través de la modalidad de “pago voluntario”. Es decir se buscarán perfiles crediticios menos riesgosos.
Aquellos que se dedicaban puramente al crédito on line saldrán nuevamente a otorgar préstamos en los puntos de venta, por ejemplo artículos del hogar, motos o cualquier otro producto que requiera de financiamiento.
Luego de atravesar un durísimo 2019, en el que cayó la originación y también sobrevino una fuerte devaluación, las fintech se preparaban para un crecimiento del negocio este año, a partir de la baja de tasas. Sin embargo, la nueva regulación que modifica radicalmente la modalidad de cobranzas implica un drástico cambio de escenario.
Mientras tanto, el Central ofrece la nueva modalidad de “Debin spot”, que permitiría a las compañías a cobrarse de la cuenta, pero pidiendo permiso al deudor para que brinde su conformidad explícita en forma previa antes de cada débito. En el sector consideraron que esta modalidad es “impracticable”.