Son $ 95.000 millones que vencen el jueves. El Tesoro no informó por qué declaró desierta la licitación de tres bonos que realizó ayer ni cuántas ofertas recibió. Se prepara el escenario para una dura renegociación de la deuda.
El Tesoro demoró ayer hasta después de las 9 de la noche para informar que finalmente la licitación de tres bonos en pesos fue declarada desierta. Utilizó apenas un renglón para anunciarlo, sin mayores aclaraciones ni comentarios sobre la cantidad de propuestas recibidas. Ahora tiene una última oportunidad para captar pesos en el mercado antes del vencimiento del bono dual, ya que saldrá a licitar Lebad (títulos de corto plazo que ajustan por tasa BADLAR). Pero en el mercado descartan que esta colocación sea suficiente como para financiar el pago del jueves.
Ahora el gobierno enfrenta el dilema de enfrentar el vencimiento del bono Dual en efectivo, pero para eso debería recurrir al financiamiento del Banco Central. Esos pesos en manos de inversores extranjeros indudablemente ejercerían presión sobre el tipo de cambio y luego sobre la inflación. La otra opción es finalmente “reperfilar” el vencimiento, es decir plantear en forma unilateral una postergación de pagos. Todo esto deberá definir el ministro de Economía, Martín Guzmán, en las próximas horas.
El Presidente Alberto Fernández ya había mencionado la semana pasada que “ni loco” pensaba emitir pesos para pagarles a los acreedores. Y aclaró en las últimas horas que la decisión de Axel Kicillof de pagar la deuda en dólares para no entrar en default había sido “una excepción”.
Claro que dejar de pagar la deuda en pesos tendría consecuencias negativas. No sólo puede provocar una situación de iliquidez en el mercado local, sino que además complicaría los planes de empresas que tenían pensado salir al mercado para financiarse en pesos. En las últimas semanas ya lo habían hecho emisores de primera línea como YPF, Telecom y Banco Hipotecario.
Por ahora no se informó si habrá alguna aclaración sobre los pasos a seguir por parte del Tesoro antes de la apertura del mercado.Pero en caso de continuar el “silencio de radio” la apertura podría ser negativa, con fuerte impacto en las cotizaciones de bonos y acciones.
Por otra parte, el Gobierno también podría aumentar su posición de dureza, aumentando la sensación de que podría caer en default si los fondos de inversión no quieren sentarse a negociar. Y este mensaje podría darse reperfilando el vencimiento del jueves.