El ministro de Economía estuvo con Georgieva del FMI y el Papa Francisco. Avisó que habrá que reestructurar la deuda con el Club de París.
El Ministro de Economía Martín Guzmán participó en el Seminario “Nuevas Formas de Solidaridad” junto al Papa Francisco, la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y el Nóbel en economía, Joseph Stiglitz
El ministro disertó en este seminario organizado por la Pontificia Academia de Ciencias Sociales en el Vaticano, donde se refirió a los problemas de la arquitectura financiera internacional para la resolución de crisis de deudas soberanas y el caso argentino.
En este marco, el titular del Palacio de Hacienda aseguró que “una solución para la deuda argentina traerá estabilidad a la región” y que el Presidente Alberto Fernández “está trayendo un gran liderazgo” para toda América Latina.
Asimismo, destacó que “la Argentina está sufriendo una profunda crisis de deuda soberana” y que ante esta situación “vemos que hay una arquitectura financiera internacional altamente ineficiente para resolver las situaciones de deuda insostenible”.
Con respecto al caso argentino, Guzmán advirtió que “hacer austeridad fiscal para pagar la deuda en una situación de deuda insostenible no funciona, y por el contrario, es contraproducente y empeora la situación”.
Por este motivo, aseguró que “lo que hicimos fue redefinir las prioridades y hacer el esfuerzo de tratar de resolver la crisis en la forma más ordenada”. “Lo que básicamente le queremos dar a cada bonista es la oportunidad de sentarse a la mesa y trabajar en conjunto para resolver esto de manera constructiva y evitar una situación en la que todos pierden”, agregó el Ministro.
Además, Guzmán se refirió al cronograma de acciones para la gestión del Proceso de Restauración de la Sostenibilidad de la Deuda Pública Externa publicado por el Ministerio de Economía, y afirmó que “hemos respetado los plazos del proceso y estamos yendo paso a paso tratando de resolver esto de forma ordenada, tratando de restablecer la sostenibilidad en base a la buena fe”.
El Ministro resaltó “la postura constructiva por parte del FMI, de hecho muy constructiva” y afirmó: “estamos felices por eso pero no es suficiente, necesitamos más”.
“Argentina pagará tasas de interés del 9% de la deuda desde 2020 a 2021 con el Club de París y eso no solo es insostenible sino que también marca un anclaje muy importante para el resto de la restructuración. Definitivamente, no es pari passu lo que estamos tratando de hacer; entendemos las complejidades del Club de París pero si vamos a hacer las cosas bien, también necesitamos cooperación y necesitamos la cooperación de los bonistas”, añadió Guzmán.
De esta manera, Guzmán destacó las palabras del Papa Francisco referidas a la “angustia de la deuda” al afirmar que “les lleva demasiado tiempo a los países en situaciones de crisis de deuda para comenzar a tratar los problemas, y una vez que comenzaron a abordarlos, la mayoría de las veces reciben alivio insuficiente para restablecer las condiciones para volver al crecimiento económico y devolver las oportunidades a la sociedad”.
En esta línea, el ministro explicó que a partir de 2016, “se pidieron préstamos muy rápidamente y dos años después los mercados dijeron ‘bueno, se terminó, no creemos más en este país’, y ahora la Argentina experimenta una profunda crisis”. “También muchos indicadores han empeorado, sobre todo los económicos, y esta va a hacer la próxima gran prueba para la arquitectura financiera internacional para la resolución de crisis de deuda soberana”, añadió.
Durante el encuentro, Guzmán recibió el saludo del Papa Francisco, quien citó a Juan Pablo II al sostener que “no se puede pretender que las deudas contraídas sean pagadas con sacrificios insoportables”.
En este sentido, explicó que es necesario “encontrar modalidades de reducción, dilación o extinción de la deuda, compatibles con el derecho fundamental de los pueblos a la subsistencia y el progreso”.
Además, el Sumo Pontífice advirtió que “las personas empobrecidas en países muy endeudados soportan cargas impositivas abrumadoras y recortes en los servicios sociales a medida que sus gobiernos pagan deudas contraídas insensible e insosteniblemente”.
“Así como existe una corresponsabilidad en cuanto a este daño provocado a la economía y a la sociedad, también existe una corresponsabilidad inspiradora y esperanzadora para crear un clima de fraternidad y de renovada confianza que abrace en conjunto la búsqueda de soluciones innovadoras y humanizantes”, agregó.