Alberto Fernández se inclinó por una renegociación de la deuda a la uruguaya. Pero no será nada fácil cumplir con el ajuste que debió hacer el país vecino.
Un “canje de deuda a la uruguaya”, como propuso Alberto Fernández, no será nada fácil de instrumentar, porque la clave del éxito en el país vecino residió en el gran ajuste fiscal que debió hacer para cumplir con los acreedores.
Un informe de Delphos Investment repasó los principales lineamientos del Caso Uruguayo:
-El déficit primario corrigió algo más de 4 puntos porcentuales del PBI en tan sólo 4 años al pasar desde un déficit de 1,8% en 2001 a un superávit de 2,5% en 2005.
-La caída del peso del gasto público en relación al PBI explica prácticamente la mitad del ajuste al pasar de representar un 30,5% a casi 28,5%.
-El incremento de impuestos hizo el resto del trabajo ya que la presión tributaria se incrementó poco más de 2 pp del PBI.
-Se elevó el IVA, se incrementaron los aportes patronales, se modificaron las escalas arancelarias y se eliminó la devolución de los impuestos indirectos a las exportaciones.
-Una de las medidas de mayor impacto fue la reinstauración del Impuesto a las Retribuciones Personales (IRP) de trabajadores, jubilados y pensionados, que databa de los años setenta.
“La política monetaria férrea planteada por el Banco Central de Uruguay es otro desafío para la próxima administración argentina, más aún considerando la potencial monetización de las Leliqs. El deseo de seguir el camino uruguayo en materia de reperfilamiento implica una política económica que requiere de enormes sacrificios en el corto plazo. Veremos si existen los consensos políticos suficientes para encarar los mismos”, completó Delphos en su Informe Semanal de Mercados.